
Mitos y verdades sobre las harinas
Realmente no es que existan harinas buenas o malas como tal, lo que si es cierto es que debemos evitar el consumo de harinas refinadas ya que ocasionan un rápido incremento en los niveles de glucosa en sangre. Esto provoca que al digerirse la glucosa disminuya, generando un descenso brusco dentro de nuestro cerebro y una sensación de cansancio.
Las harinas refinadas las encuentras en la harina de trigo, el almidón y las féculas.
¿Entonces ya no debo comer harinas para llevar una alimentación saludable?
Puedes reemplazar el consumo de harinas refinadas por harinas integrales, ya que están menos procesadas, o granos enteros. El consumo de harina integral se asocia a un menor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, obesidad y algunos tipos de cáncer.
Las harinas integrales o los granos enteros tienen más fibra, menor índice glucémico, más proteínas, vitaminas y minerales.
A continuación, te enlistamos opciones saludables que puedes integrar a tu dieta:
✦ Harinas integrales: de trigo, trigo sarraceno, de centeno, espelta u otras.
✦ Harinas a base de coco, almendras, amaranto, soya, arroz.
✦ Avena: la avena como tal no es un cereal refinado, sino que es una opción que conserva gran parte de su grano original y por ello, puede ser buena alternativa para elaborar galletas, pan y muchas otras preparaciones saludables.
✦ Quinoa: al igual que la avena, la quinoa es un grano entero que puede usarse en reemplazo de harina refinada y derivados, pan, porridge, un guisado u otro tipo de platos.
✦ Salvados: de avena, de trigo u otros cereales, el salvado es la parte que concentra gran parte de la fibra, minerales y vitaminas del grano, por ello, su uso para elaborar panes por ejemplo, puede ayudarnos a lograr platos de menor índice glucémico, más saciantes y saludables.
Para elaborar todas tus preparaciones con harinas integrales te recomendamos utilizar bowls de vidrio que facilitarán tus tareas en la cocina. Ingresa aquí
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